Frenar la aparición de los signos de la edad en nuestro rostro es el deseo de muchas personas que acuden a centros médico-estéticos como Ivalia Estética Médica by Hedonai. Y el triángulo de la juventud es uno de los indicadores indiscutibles de que nuestro rostro empieza a mostrar signos de envejecimiento.
Arrugas, líneas de expresión, pérdida de volumen, ojeras o flacidez son algunas de las señales de envejecimiento a las que nuestros pacientes quieren ponerle una solución, sin perder la naturalidad ni la expresión del rostro.
Es por ello que los tratamientos médico-estéticos de rejuvenecimiento facial persiguen un objetivo claro: invertir el triángulo de la juventud, del que hablaremos en profundidad en este artículo.
¿Qué es el triángulo de la juventud?
Se trata de una línea imaginaria que se dibuja en el rostro y que cambia de posición a medida que cumplimos años. Nos sirve para ver cómo se va modificando la apariencia de nuestra cara con el paso del tiempo.
En las mujeres jóvenes, el triángulo tiene su base en la zona más alta de los pómulos y se dirige hacia abajo, apuntando hacia la barbilla. Este triángulo se va invirtiendo con la edad hasta que la base del triángulo está en la mandíbula y su vértice en la nariz.
Aproximadamente, a los 40 años es cuando el triángulo se ha invertido por completo, aportando a nuestro rostro un aspecto más triste y cansado. Y es precisamente este aspecto el que podemos modificar.
¿Por qué se invierte el triángulo de la juventud?
Con el paso de los años el triángulo de la juventud se invierte por dos motivos fundamentales:
- La pérdida de grasa y volumen de la zona media de la cara, que debido al efecto de la gravedad comienza a depositarse en la zona de la línea mandibular.
- La acción de los músculos depresores de la cara, que se encuentran en la zona baja de la misma, y provocan la inversión del triángulo.
A partir de los 25 años empieza a disminuir la producción de colágeno y elastina en un 70 %, pero no es hasta los 40 años cuando es totalmente notable. En cualquier caso, estos son datos generales, y cada persona tiene unas condiciones genéticas diferentes que pueden retrasar o acelerar el envejecimiento de la piel.
¿Cómo se puede evitar?
Lo ideal es que las personas más jóvenes comiencen a prevenir esta inversión con tratamiento estéticos y con hábitos saludables que ayuden a frenar ese efecto de envejecimiento de la piel. En cualquier caso, si ya se ha producido debemos realizar tratamientos médico-estéticos dirigidos a volver a invertir el triángulo de la juventud.
Existen diferentes tratamientos que se aplicarán según la edad y las características del rostro del paciente. Por ello es necesario, siempre, una primera valoración médica con el especialista que determine qué tratamiento es el más adecuado.
Los tratamientos imprescindibles
Debemos centrarnos en dar volumen a los pómulos, rellenar las mejillas y remodelar el óvalo facial. Para lograr el objetivo podemos aplicar ácido hialurónico en pómulos, labios o zona peribucal, ya que ayudará a evitar esa pérdida de volumen y elasticidad.
También se recomienda combinar estos rellenos con sesiones de radiofrecuencia facial o estimulación LPG y Dermalinfusion, para así potenciar sus efectos y conseguir mejores resultados.
En aquellos pacientes con flacidez cutánea notable sí será recomendable un tratamiento con hilos tensores que nos ayuden a realizar un lifting sin cirugía.
En conclusión, evitar que el triángulo de la juventud se invierta con el paso de los años es posible gracias a los tratamientos preventivos y, posteriormente, a soluciones médico-estéticas que aporten volumen y elasticidad al rostro.