Los pómulos son clave para lograr un rostro equilibrado, proporcionado y en armonía. Son los encargados de sostener los ojos, dar forma a nuestras mejillas y eliminar las sombras oscuras de la zona media de la cara.
Sin embargo, con el paso de los años nuestro rostro pierde volumen y aumenta la flacidez, ya sea por el envejecimiento natural, la pérdida de peso repentina, el daño solar… En la zona de los pómulos esta pérdida de volumen provoca un desequilibrio en la armonía facial.
Con los tratamientos de relleno de pómulos con ácido hialurónico conseguimos recuperar el llamado triángulo de la juventud (pómulos y mentón) y lograr unas facciones más equilibradas.
Relleno de pómulos con ácido hialurónico en hombres
Es un tratamiento mínimamente invasivo y con el que se obtienen resultados naturales. Hay que tener en cuenta que, aunque este tratamiento se puede realizar en mujeres y en hombres, el procedimiento es diferente en cada caso.
En los hombres se busca dar más proyección y angulosidad a la zona o mejorar unos pómulos caídos para masculinizar las facciones del rostro y mantener el equilibrio facial del hombre. Debemos conocer en este punto que tanto los pómulos como el mentón son parte fundamental de la estructura facial masculina.
Los resultados del relleno de pómulos en el hombre
Los resultados que se logran con este tratamiento son:
- Devolver el volumen al rostro y el aspecto anguloso del mismo
- Lograr un aspecto más masculino
- Corregir pómulos planos o caídos
- Efecto lifting sin cirugía
- Lograr un rostro proporcionado
En definitiva, la recuperación estructural del pómulo permite lucir un rostro más joven y atractivo.
¿Qué otro tratamiento puede combinar con el relleno de pómulos?
Al realizar un tratamiento de relleno de pómulos en el varón trabajamos el tercio medio facial del rostro. Para potenciar aún más el resultado del mismo, se recomienda combinar este tratamiento con la definición del mentón.
El mentón, al igual que los pómulos, potencian el atractivo masculino ya que los ángulos de la mandíbula y la barbilla consiguen masculinizar el rostro.