El paso de los años produce la reabsorción de tejidos en determinadas partes de la cara como son pómulos, mejillas y ovalo facial, algo que da la persona un aspecto cansado y envejecido. Con la desaparición de los tejidos de relleno naturales de la cara, aparecen los primeros excedentes de piel, o lo que es lo mismo un descolgamiento facial, mostrándose decaída.
Los rellenos faciales ayudan a combatir la flacidez del rostro, atenuando las arrugas y dotando a la piel de un volumen natural.
Existen diferentes tipos de rellenos, dependiendo siempre de los diferentes objetivos que se quiera conseguir. Entre los más habituales están:
- El ácido hialurónico
- Rellenos de hidroxiapatita cálcica
- Ácido poliláctico o policaprolactona.
Se pueden utilizar de manera conjunta o individual y la elección de uno u otro dependerá del diagnóstico personalizado que haga el médico a cada paciente en una primera consulta.
¿Se pueden aplicar rellenos a cualquier edad?
Rellenar es voluminizar, incorporar volumen a la piel, bien a una arruga o a un área facial, pero es necesario ser muy cuidadoso al voluminizar.
Hay edades donde la voluminización de áreas no es natural, por lo que es necesario tener en cuenta varios factores como la edad de la paciente, el tipo de envejecimiento y sus características faciales propias.
El uso de los rellenos requiere un profundo conocimiento de la anatomía facial, de los compartimentos grasos superiores superficiales y profundos que generan los volúmenes y la proyección facial y que se desplazan, aumentan o adelgazan durante el envejecimiento.
El ácido hialurónico, uno de los rellenos más utilizados
El relleno más utilizado es el ácido hialurónico que, según el tamaño de su partícula (pequeño, mediano, grande o muy grande) y el grado de entrecruzamiento de sus cadenas, puede ser utilizado en un área u otra.
¿Cómo se aplican los rellenos?
Se trata de un proceso muy sencillo en el que se puede aplicar una pequeña anestesia local. La infiltración de rellenos puede llevarse a cabo con agujas, intentando ser precisos o mediante cánulas atraumáticas flexibles que evitan el daño tisular durante la infiltración y que se utilizan normalmente en planos profundos o subcutáneos para mejorar los cambios de volumen.
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